Están dos novios sentados en la puerta de su casita ubicada en un pueblito muy lejano de la ciudad. De repente el novio observa los pies de la muchacha e intrigado le pregunta:



-¿Oye Chencha?


-¿Dímelo Juan?


-¿Por qué tienes anchos los espacios de los dedos de tus pieceses?


-¡Es que ando sin zapatos en el lodo Juan!


-Ahhhh... ¡Ta güeno!


Pasa el tiempo y el matrimonio se lleva a cabo. Ya en la noche de bodas, el novio todo inspirado empieza a besar a la novia y justo en el momento supremo se detiene y pregunta:


-¿Oye Chencha?


-¿Dímelo Juan?


-¿Y TAMBIÉN TE SENTABAS EN EL LODO?