A pesar de vivir bien y sin sobresaltos económicos, la vida sexual no funcionaba bien entre el marido y su joven mujer.

Ella estaba convencida de que su esposo la engañaba con Alicia la guapa y jovencita empleada doméstica.

Para salir de dudas preparó una trampa para atraparlo engañándola.

Le dio licencia a la empleada para ausentarse, sin avisarle a su esposo.

En la noche cuando se iba a la cama, el esposo le contó una historia:

Dijo que se sentía mal del estómago y que iba a tomar un poco de aire antes de acostarse.

Cuando él fue al baño, la mujer salió al corredor, subió las escaleras, se metió al cuarto

de servicio bien a obscuras y se acostó en la cama de la criadita

Al rato entró el hombre silenciosamente y sin pérdida de tiempo,

se metió en la cama y le hizo el amor con gran fogosidad.

Cuando terminaron, la mujer muy agitada le dice:

- ¿A que no esperabas encontrarme en esta cama?. ¿Verdad, querido?.

- Pos, la mera verdad que no, patroncita... -respondió el jardinero-.