Se encuentra dos amigas muy cercanas y una le pregunta a la otra:

-¿Cómo te fue ayer por la noche amiga?

La amiga responde:

-Muy mal amiga. Anoche llegó mi esposo, sin saludarme dijo: Tengo hambre ¿Qué hiciste de tragar? ¡Dame lo que haya! Le serví su comida, comió como si fuera su última cena, eructó al final de la comida, se levantó de la mesa dejando el tiradero, se sentó en su sillón y se puso a ver el fútbol. Terminó su partido, se acercó a mí y me preguntó ¿Va haber aquello? Nos fuimos a la recamara, sin más preámbulo hizo lo que tenía que hacer en menos de 10 segundos, se recostó a mi lado y empezó a roncar como avión despegando. ¡Horrible! ¿Y a ti como te fue amiga?

La otra amiga responde:

-Ay amiga, a mí me fue ¡Maravilloso! Mi esposo llegó y preguntó ¿Qué hiciste de cenar? Yo le respondí que nada, pero si quería le preparaba algo. Él respondió que no me preocupara, que me invitaba a cenar en la calle. En taxi llegamos al restaurante que habitualmente vamos. Cenamos delicioso. Al terminar de comer me dijo que nos regresáramos caminando para platicar y disfrutarnos, cosa que así hicimos. Cuando llegamos a casa, nos acostamos y después de 2 horas de acariciarme tuvimos la noche más esplendorosa, como hace tiempo no teníamos. Después de 2 horas terminamos y luego se puso a platicar conmigo hasta las 05:00 de la mañana y finalmente nos quedamos dormidos abrazaditos.

En la terraza de la misma casa, los esposos de estas mujeres platicaban:

-¿Qué onda mi chavo, como te fue anoche?

El amigo respondió:

-Padrísimo mi hermano. Llegué a casa cansadísimo y de inmediato mi esposa me dio de cenar ¡riquísimo! Después, en lo que ella terminaba de limpiar la cocina, disfrute de un buen partido de fútbol. Posteriormente nos fuimos al cuarto y me eché una faena ¡Fenomenal! Después dormí como bebé ¡A pierna suelta, excelente! ¿Y a ti como te fue compa?

El otro amigo responde:

-Mal mi chavo, muy mal. Llegué a casa bien cansado y con hambre, mi esposa no cocinó. Como yo tenía mucha hambre pues mejor salimos a comer unos tacos en el centro. Al pagar la cuenta me percaté de que no llevé dinero suficiente por lo que tuvimos que regresar a casa caminando. Cuando al fin llegamos, nos fuimos al cuarto y se me antojó estar con ella y por más de 2 horas la estuve acariciando sin lograr que se parara el asunto. Cuando al fin lo conseguí hice lo que tenía que hacer, pero luego tuve el problema que no podía terminar, pero pudo más mi orgullo y ¡lo conseguí casi a la hora! Pero tanto esfuerzo me provocó insomnio y mi vieja que no dejaba de hablar. Logré dormirme casi a las 05:00 de la mañana ¡Una noche de perros!

Moraleja: La interpretación del amor depende del género con que se mire.


EDITORIALES ANTERIORES
CHISTES ANTERIORES DE RISOTERAPIA

¿Fiesta próxima? CARUDA Canta y Baila te pone la música