Dos amigos acompañados del perrito de uno de ellos van cruzando el desierto que divide a México de Estados Unidos en busca del sueño americano.

Desafortunadamente se pierden y no cuentan con las provisiones necesarias para sobrevivir. Apenas 2 botellas de agua y nada de alimento.

Después de 2 días en el desierto, están muertos de hambre por lo que toman la difícil decisión de comerse al perrito, por lo que lo sacrifican, cocinan en una improvisada fogata y se lo devoran.

Terminando de comer, el dueño del animal ve los huesos apilados y se pone a llorar como niño que ha perdido su juguete preferido. El otro amigo se conmueve y le pregunta:

-¿Querías mucho a tu perrito amigo?

-Sí, responde el otro, pero me duele más el ver lo huesos apilados

-Por el remordimiento de habértelo comido ¿verdad?, pregunta de nuevo el amigo.

-Noo, es que al ver los huesos, pienso en lo contento que se hubiera puesto mi perrito con este banquete

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