En repetidas ocasiones he tenido la oportunidad de escuchar la frase: Mama (a veces papa), eres una exagerada

Los hijos, sobre todo cuando aun son adolescentes, juzgan que los papas son exagerados por estar al pendiente de su situacion de salud, alimentacion, vestimenta, higiene personal, vida social e incluso adicciones entre otras circunstancias que condicionen este vehemente reclamo.

Los adultos sabemos que se necesita acumular experiencias para aprender a tener precaucion, y como padres podemos percibir la vulnerabilidad de nuestros hijos ante el peligro. Cuando el ser humano es de temprana edad, descubre, aprende, juega y experimenta. Este desarrollo le permite identificar que el agua caliente quema y que si tira humo es porque precisamente esta caliente, que los objetos puntiagudos causan dolorosas punzadas, que el correr con los ojos cerrados tendra como consecuencia una caida y muchas vivencias que por experiencia propia que se vuelven aprendizaje.

Sin embargo, cuando uno ya lleva algun tiempo recorrido en la vida, aprende a conocer las situaciones de riesgo y prevenir los perjuicios derivados de estas. Es por ello que los padres, en un afan de proteccion hacia los hijos, insisten en evitar que realicen temerosos actos que vayan en perjuicio de su salud o su integridad fisica.

En muchas ocasiones, los adolescentes y jovenes se impacientan ante las recomendaciones de los adultos, al grado de librar verdaderas batallas campales que causan distanciamiento en la relacion, situacion que los chicos expresan como hartazgo.

Tal pareciera que la insistencia de los padres tiene el motivo principal de arruinarles la vida, coartar su derecho a opinar o restringir su libertad, pero esto no es asi, lo cual asimilan solamente conforme los infantes y adolescentes van creciendo, pues es cuando logran entender el trasfondo de la actitud de sus padres.

Pero la realidad de estas exageraciones de los papas, estan relacionadas con el amor que se siente hacia los hijos. Es mucho mas facil que un papa diga: Ya te dije, es tu problema el que no me hagas caso. En cambio, la mamas, son mas insistentes en aconsejar, pues existe un vinculo de amor mas estrecho y no es para menos: 9 meses de embarazo que corresponden a 280 dias dentro del cuerpo de mama, sentir sus primero movimientos, soportar los malestares propios del embarazo y el dolor del parto, amamantarlos y estar pendientes en todo momento de que estan bien los primeros meses de vida son las condiciones perfectas para que el amor de una madre sea indisoluble, que pueda persistir a pesar de todos los sin sabores y malos momentos que se puedan vivir en la relacion con los hijos.

Sin embargo, el ser impositivos e imperativos son conductas que no ayudan a que estas exageraciones den fruto de forma inmediata en la conducta de los hijos. El dialogo amoroso, explicar el porque de estas recomendaciones, retroalimentar cuando se producen las situaciones advertidas por no escuchar consejo, el estar pendientes cuando no hacen caso, son la mejor manera de conseguir que los hijos entiendan y atiendan las recomendaciones de los padres.

Aunque tambien existe el otro lado de la moneda, cuando hay padres que caen una sobreproteccion extrema de los hijos y no les permiten el aprendizaje por experiencia. La sobreproteccion es la mejor forma de volver a los hijos inseguros y en algunas ocasiones, disculpando el termino, adultos mediocres, sin aspiraciones.

Un ejemplo que habitualmente manejo en mi practica profesional es el de los pajaros en la jaula, en el cual explico que las aves que se encuentran enjauladas, se les da de comer todos los dias y se les protege de los depredadores al estar encerrados, sin embargo, tambien se le limita la capacidad de la autosuficiencia para buscar su alimento o defenderse. Por eso, cuando un pajaro escapa de la jaula, probablemente muera de hambre por no poder conseguir su alimento o ser presa facil del depredador.

En mi trabajo me encuentro con papas que viven preocupados por las enfermedades de sus hijos, preocupacion que raya en lo patologico, como el estar llamando o acudiendo al medico ante la menor circunstancia de salud de los infantes fuera de lo habitual, o el estar desesperados porque los medicamentos administrados no surten efecto a la velocidad del rayo, midiendo a cada minuto la temperatura o medicandolos a dosis y horarios diferentes a los prescritos en las recetas. Cierto es que hay enfermedades en las cuales se debe mantener una vigilancia estrecha de la evolucion, pero esto debe ser sin caer en paranoia, conducta que puede estar propiciada por una informacion inadecuada, escueta o incluso inexistente del medico tratante con respecto a la evolucion de la enfermedad tratada. Es por eso la importancia de acudir con el medico que te ha demostrado capacidad resolutiva, con el que se tiene buena relacion medico-paciente y disponibilidad.

Decia mi padre: Ya veras cuando tengas tus propios hijos y me daras la razon de lo que te digo y papa tenia mucha razon. Y no dudo que en algun momento de nuestras vidas, cuando ejercemos el rol de padres, nos damos cuenta de que lo que nos decian era cierto y lamentamos esos reproches y malas contestaciones. Y como un ciclo sin fin, ahora nosotros damos esos consejos que muchas veces condicionan angustia y desesperacion al no ser escuchados y o atendidos por los hijos.

Pero no decaigas en tu esfuerzo de cuidar a tus hijos, sigue siendo un padre exagerado, pues tu exageracion les hara saber algun dia, cuanto los amas.


Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista en Medicina Familiar


Cancun, Q. Roo, Mexico. Marzo del 2019


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